Pero ese no es el único hecho por el que Ovidio Guzmán ha acaparado la atención, ya que también se le relaciona con el asesinato de un cantante que se negó a brindar un show en su boda.
Ese crimen consta en una ficha elaborada por la DEA para capturar al hijo del Chapo, por quien ofrece cinco millones de dólares para quien brinde información que lleve a su arresto.
Sin revelar la identidad de las víctimas, la Agencia Antidrogas de Estados Unidos le atribuye a Ovidio Guzmán los crímenes de varios informantes, un narcotraficante y un popular cantante mexicano
Una de estas víctimas podría ser Ángel Barrios Moreno, quien dirigía operaciones para cruzar droga por la frontera entre Sonora y Arizona, ya que durante el juicio en Estados Unidos contra Héctor Saul Castro Aguirre, exjefe de una célula del Cártel de Sinaloa en Pennsylvania, se señaló que uno de los hijos del Chapo mandó a matar a Barrios Moreno por un decomiso de 2.4 millones de dólares en efectivo que el cártel obtuvo por la entrega de 100 kilos de cocaína en Reading, Pennsylvania.
Además, al “Ratón” se le identifica como la persona encargada de la compra de marihuana, cocaína y otras actividades delictivas para el Cártel de Sinaloa, grupo criminal que lidera junto con sus hermanos Joaquín, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo.
Ovidio y su hermano mayor Joaquín Guzmán, de 35 años, ambos hijos de Griselda López, quien fue una de las tres esposas del Chapo, supervisan alrededor de 11 laboratorios en Sinaloa que producen entre tres y cinco toneladas de metanfetamina cada mes, las cuales distribuyen en Estados Unidos por medio de acuerdos con traficantes de ese país y de Canadá, según un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos.
“Han ampliado su empresa con sofisticados laboratorios de fentanilo en Culiacán, México, y han ampliado sus operaciones de transporte utilizando transporte marítimo y aéreo, además de túneles y cruces fronterizos”, agrega el reporte.
Con información de EFE y AP