Poveda dijo que supo de García Luna por una conversación que él tuvo con Arturo Beltrán Leyva en una de sus casas, quien le dijo que quería secuestrar al entonces secretario de Seguridad y matarlo para “demostrar que con él no se jugaba”. El traficante colombiano aseguró que hizo cambiar de opinión a El Barbas y le sugirió que se reuniera con él para aclarar sus diferencias.
“No lo mates, se nos va a venir el gobierno encima”, aseguró El Conejo que le dijo a El Barbas, quien finalmente decidió sólo levantar a García Luna y hacer que lo llevaran ante él para hablar.
De acuerdo con Sergio Villarreal Barragán, El Grande, otro de los testigos que rindió declaración el pasado 24 de enero, García Luna fue secuestrado en una carretera de Morelos rumbo a Cocoyoc y trasladado hacia una oficina en la que se encontraba Arturo Beltrán Leyva, quien le preguntó “de qué lado estaba”, a lo que el exfuncionario habría dicho que él “era neutral” y que seguiría trabajando tanto para los Beltrán Leyva como para el cártel de Sinaloa.
Tras este encuentro, según El Grande, García Luna fue liberado, pero El Barbas se arrepintió de su decisión tras varios operativos contra el cártel y dijo que debió haberlo matado, aseguró El Conejo que le confesó Arturo Beltrán Leyva.
Poveda narró al jurado que traficó un millón de kilos de cocaína a Estados Unidos durante su carrera delictiva, de lo que se declaró culpable, y dijo que su función era la de enlazar a los narcos de Colombia con los de México.
“En barcos, lanchas, contenedores y aeropuertos, no dejábamos de producir. Era maravilloso”, aseguró.
En el contrainterrogatorio, la defensa de García Luna se mostró titubeante y sin poder hacerlo caer en contradicciones. Este jueves 2 de febrero continuará con las preguntas al testigo de los fiscales estadunidenses.
Con información de EFE y AP
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