“Culiacanazo”.
El medio indica que familiares de Guzmán López les dijeron que cada que tienen oportunidad pasan el mensaje del presunto líder de Los Chapitos, y piden se corra la voz, pues las personas del lugar no dejan de tener miedo desde aquel jueves negro.
Y es que, a un mes del operativo de la captura de Ovidio Guzmán, las calles en Jesús María están vacías, todavía hay decenas de casquillos percutidos regados en los caminos de terracería aledaños a la casa de “El Ratón”, donde quedaron las principales huellas de la guerra que se libró aquella madrugada del 5 de enero: grandes manchas de sangre en el piso y cientos de impactos de bala en paredes, techos y ventanas, la mayoría, si no es que todos, de calibre .50 de los fusiles Barret.
Evidentemente, eso ha generado el enojo de los pobladores, quienes están inconformes debido a que los apoyos que prometió el Gobierno de Sinaloa aún no han llegado.
Los impactos de la lluvia de bala siguen haciendo estragos en las casas de los habitantes, pues los agujeros que dejaron hacen que los inmuebles se llenen de agua cuando llueve. Por ello consideran que es más fácil que Ovidio salga y él les ayude a reparar los daños.
Otros pobladores también están molestos porque rechazan la narrativa oficial en la que se aseguró que no había casas cercanas a la de Ovidio Guzmán, donde se realizó el operativo del Ejército y la Guardia Nacional que dejó, de acuerdo con cifras oficiales, una veintena de muertos.
Para pedir que la normalidad vuelva a Jesús María, sus habitantes realizaron una procesión y caminaron más de cinco kilómetros. En ella también pidieron por los desaparecidos del segundo “Culiacanazo”.
Mientras tanto, el Ejército continúa en el lugar realizando labores de seguridad, pero también haciendo labor social, dando comida, proporcionando atención médica y mantenimiento a las cuatro escuelas que hay en Jesús María, para intentar ganarse a los habitantes del que fuera el hogar de Ovidio Guzmán.
Con información de EFE y AP