En su primer proceso judicial en 2018, aceptó cargos por conspiración para distribuir drogas como metanfetamina, heroína y cocaína. Tras cumplir una condena de seis años de prisión, fue liberado en 2022 y se convirtió en testigo colaborador de las autoridades de EE. UU. No obstante, su implicación en el tráfico de fentanilo ha afectado su cooperación con la justicia estadounidense.
El Mini Lic enfrenta posibles consecuencias legales tanto en Estados Unidos como en México. ¿Será este el fin de su carrera delictiva?
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