“Hace unas semanas se logró detectar y confirmar la ubicación y zona de las montañas donde se escondía; En coordinación con la Armada de México se han comenzado a diseñar operativos muy específicos para que no se escape ni se filtre información”, explica el funcionario.
Caro Quintero es la criminal mexicana más buscada y codiciada por el Departamento de Justicia. La DEA siempre ha querido apoderarse de él por el secuestro, tortura y asesinato en 1985 de uno de los suyos, el agente Enrique "Kiki" Camarena Salazar.
La investigación por el asesinato del agente de la DEA, aún con la captura de Caro Quintero, sigue abierta. El gobierno de Estados Unidos no descansará hasta que haya procesado o al menos interrogado a todos los involucrados; entre ellos Manuel Bartlett Díaz, secretario de Gobernación en 1985 y actual director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Durante meses, tras la confirmación de la zona donde Caro Quintero tenía su escondite, agentes estadounidenses viajaron con frecuencia a México y se intensificaron las negociaciones con la Armada —no el Ejército, institución de la que la DEA desconfía— para llevar a cabo la operación de captura.
“Antes de esta, que finalmente terminó con su arresto, la Armada de México tuvo otras 13 oportunidades para capturar a Quintero y no lo logró; esto sucedió durante un período de aproximadamente cuatro semanas”, explicó el alto funcionario de la DEA.
Las tácticas destinadas a localizar a quien en Estados Unidos creen que es el autor intelectual del secuestro, tortura y asesinato de Camarena Salazar en Guadalajara, hace 37 años, no siempre han apelado a la tecnología sofisticada.
Además de que casi todas las puertas están cerradas con el gobierno de López Obrador, como explicó el canciller Marcelo Ebrard en una entrevista en la edición anterior de este semanario, la campaña de la DEA para encontrar a Caro Quintero se basó en traiciones.
Gracias a informantes, integrantes de distintos cárteles de la droga que operan en la región del Triángulo Dorado -en la Sierra Madre Occidental y que comparten Durango, Sinaloa y Chihuahua-, la DEA cerró el círculo de pistas que condujeron a Caro Quintero.
“Pagamos mucho dinero a las personas que nos dieron información. No compartimos los datos hasta que pudimos corroborar a través de otros métodos de inteligencia que se trataba de Caro Quintero. Era la operación”, revela el alto funcionario de la DEA.
Los capos que lo protegían en la Sierra le bajaron la protección a Caro, quien fue uno de los capos innovadores en el trasiego de marihuana de México a Estados Unidos, junto a Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, según la DEA. . ,
Otro funcionario de la agencia estadounidense comenta: “Caro Quintero, además de anciana, también está enferma. Durante los últimos dos años, se ha convertido en un problema para los narcotraficantes que lo protegían. Lo respetan porque es uno de ellos y es de gran calibre, pero la vida es así; Relajaron su seguridad.
Con información de EFE y AP