De acuerdo con el diario Milenio, un empleado del ahora jardín de niños reveló que pese a lo ahí sucedido y lo mediático que fue en su época, no se revela a los padres que ese fue el lugar donde ocurrió una tortura y asesinato, entre el 5 y el 8 de febrero de 1985.
Actualmente, al menos medio centenar de infantes de familias adineradas acuden a dicha escuela. “Hoy son otros los gritos que se escuchan”, dijo el empleado a Milenio.
Según otro entrevistado, la fachada del lugar no ha sufrido grandes modificaciones, pues aún se aprecia la misma cantera roja y los mosaicos color café. Lo que sí fue modificado a profundidad fue el interior del inmueble, justo para adecuarlo para ser escuela.
El hombre agregó que la cocina fue transformada en uno de los salones más amplios, y por seguridad de los niños fue eliminado un chapoteadero que había. Además, las dos escaleras construidas para ir a la parte superior fueron retiradas y también colocaron bardas para impedir la visión exterior.
Lo que queda del inmueble original son cuatro habitaciones que están unidas por un corredor, modificado en aulas.
Al momento del crimen, perpetrado por los cabecillas del Cártel de Guadalajara Miguel Ángel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca Carrillo y Rafael Caro Quintero, la casa pertenecía al doctor Rubén Sánchez Barba.
El doctor compró la casa en 70 millones de pesos a Rubén Zuno Arce, hijo del exgobernador José Guadalupe Zuno y yerno del expresidente Luis Echeverría.
Cabe señalar que por el crimen de Enrique “Kiki” Camarena, Rafael Caro Quintero se convirtió en uno de los objetivos de Estados Unidos, país que pide su extradición. Además, Zuno Arce fue condenado a cadena perpetua por el gobierno estadounidense por estar implicado en el crimen.
Con información de EFE y AP
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