La investigación incluyó el análisis de rutas de escape, revisión de más de 500 cámaras de seguridad y la interceptación de 42 líneas telefónicas. Durante el asalto, los delincuentes, algunos disfrazados de policías, sometieron a los empleados de la joyería mientras otros miembros de la banda aguardaban en la fuga.
El gobernador de Santander ofreció una recompensa de $120 millones para quienes brindaran información sobre los implicados, sumando otros $30 millones del alcalde de Bucaramanga.
¿Podrá la policía garantizar la seguridad de los ciudadanos tras este impactante suceso?
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